A veces quisiera abrir los ojos y encontrar aquel caballo que esperaba por mí cuando era niña, luego del desayuno me ponía mis jeans y me subía en su lomo… galopando, con mi cabello al aire libre cual amazona. ¡Qué días tan felices!, era apenas una niña, cabalgar era suficiente para hacerme reír. Recuerdo que se llamaba Tormenta, un hermoso zaino que me había regalado mi abuelo y mi padre me enseñó a montar.

Hoy me pregunto qué será de la vida de Tormenta… mi amigo de la niñez, mi vehículo para llegar más rápido a los manantiales del río. Mi caballo. Hoy lo anhelo tanto, quisiera ser niña de nuevo y no crecer, quisiera pasar todo el día cabalgando mientras mis cabellos vuelan libres en el aire puro. Quisiera refrescarme con el agua del manantial admirando la naturaleza, quisiera estar bajo la luz de una vela esperando… siempre esperando.

Quisiera volver al día en que él me descubrió, actuó… e hizo que cambiara para siempre. Desde entonces no soy la niña aquella. Daría media vida por volver en el tiempo y haberlo impedido todo. Mas sin embargo, no hay marcha atrás y los malos momentos siguen rondando en mi cabeza, pero puedo cambiar. Puedo salir de este capítulo, siempre hay la posibilidad de volver. Quizás no como antes, pero se puede hacer el intento.

1 han dejado sus palabras:

FroznBlue said...

Que otra opinión puede dar uno ante estas palabras que no sea... Wow! Tus post llegan!