Mis grandes miedos. Capítulo I

El Matricidio

Voy a comenzar mi lista de miedos con uno que para muchos es todo un sueño, sí señores es el matrimonio. A lo largo de mis cortos 20 años he visto a personas que se “unen” de todos los modos posibles, ya sea por la iglesia, por el civil, atados con hijos o lo que sea. A la larga lo que terminan es separadísimos enemistadísimos y aquí es donde uno se pregunta… ¿Y qué pasó con lo que prometiste?

Muchos amigos míos han cometido la estupidez de casarse jóvenes –llámese jóvenes desde 18 años hasta los 24- si a esa edad ni uno mismo sabe lo que quiere. Algunos lo hacen por culpa de los padres que los presionan de cierta manera, otros por interés u otros motivos superfluos y otros por motivos de razón de peso como un hijo. Aunque mi abuela siempre me ha dicho “Mija muchacho no amarra a hombre” cosa en lo cual estoy 200% de acuerdo.

El día que me propongan matrimonio tendré que pensarlo mínimo 10 veces, ya que no quiero que un sueño se convierta en pesadilla. Lo digo por mis padres que se casaron por mí ya que se comieron la torta antes del cumpleaños y ahora quienes pagamos las consecuencias somos nosotros los hijos.
Hasta aquí mi primer gran miedo.

2 han dejado sus palabras:

Anonymous said...

cuando hay una buena relaciòn basada en algo firme (tipo la comida, o lo bueno que es conversar con la persona. no en cosas como la pasión o el amor) el matrimonio puede ser algo muy bueno.
ahora sé que de otra maneras es un caos y un tormento despúes de un tiempo. cuidese y aprenda a disfrutar de los momentos con la pareja antes de casarse.

Karla Pravia said...

Mi niña aunque nuestros padres no hayan tenido éxito en eso no quiere decir que igual le vaya a pasar a los hijos. A los hijos lo que nos corresponde es ver los errores de ellos y no repetirlos, o por lo menos hacer el intento, y veo que estas en el camino correcto para lograrlo, estas clara en eso. Otros deciden no casarse por sus miedos y su poca madurez para asumir la responsabilidad. Sé que eres lo suficiente madura y responsable para en el momento dado asumir el compromiso y construir un hogar. Esta sociedad requiere de familias estables, ya no más de familias disfuncionales.

Saludos de guerrera!